sábado, 16 de mayo de 2015

Pensando en voz alta

 

Últimamente he estado escuchando varia personas hablar peyorativamente de los pastores, de sus lujosos carros, de sus trajes, de sus ovejas a las cuales que les quitan la lana (calo salvadoreño con doble sentido), de su testimonio de vida, etc.

Es triste escuchar dichos comentarios porque no todos los pastores son así, tengo amigos pastores y conozco muchos de ellos que son hombres de Dios, honrados, que predican la palabra fielmente, que ayudan a sus ovejas y comparten lo que tienen, que siguen siendo ejemplo de la grey y fieles a Dios.

Lamentablemente y con vergüenza lo digo, por algunos que denigran el evangelio, pagamos muchos y nos meten en la misma bolsa. Es lamentable que como dice Romanos 2: 17-24 pero parafraseado:

17 Algunos de ustedes dicen con orgullo que son cristianos. Se sienten muy seguros porque tienen la biblia y están orgullosos de su Dios.
18 Creen saber lo que Dios quiere y, cuando estudian la Biblia, aprenden a conocer qué es lo mejor. 19 Se sienten muy seguros al decirles a los pecadores lo que deben hacer para ser salvos. 20 Y como tienen la Biblia en la mano, se creen maestros de los ignorantes y de los inexpertos, dueños de la verdad y del conocimiento.
21 Pero, ¿cómo pueden enseñar a otros, si ustedes mismos no aprenden primero? ¿Cómo pueden enseñar que no se debe robar, si ustedes mismos roban?
22 Dicen que todos deben ser fieles en el matrimonio, pero ustedes mismos son infieles. Odian a los ídolos, pero roban en los templos de esos ídolos.
23 Están orgullosos de tener la Biblia, pero no la obedecen, y son una vergüenza para Dios.
24 Tiene razón la Biblia cuando dice: «La gente de no creyente habla mal de Dios, por culpa de ustedes mismos.»

Esto nos debe de llevar a la reflexión, no solo a los pastores (claro a nosotros mucho más), pero también al liderazgo (no me gusta esta palabra, pues somos siervos, pero está de moda), los músicos, maestros de iglesia infantil, diáconos, servidores, el cuerpo de Cristo en general, a considerar nuestros caminos, a revisar que sendas estamos transitando, cual es nuestro ejemplo de vida para con los de afuera, que nos diferencia del resto ya que hemos sido llamados a ser luz y no tinieblas; todo con el propósito de Glorificar el nombre de Dios y que su nombre no sea blasfemado por nuestra causa.

Espero que la nueva generación vuelva al “Olam” sendas eternas y sea un ejemplo de vida que los no creyentes.

#pensandoenvozalta

Viejo, mi querido viejo

Consejeria Juvenil