domingo, 13 de junio de 2010

El Alma desde un panorama Hebreo

Sacado del Blog: http://koinoniateologica.blogspot.com/ 
con el permiso de mi amigo y hermano estudiante de Teología de la Universidad Evangélica de El Salvador.

Esta presente investigación exhaustiva acerca del alma ha sido impulsado gracias a la investigación en cátedra, que nosotros realizamos através del impartimiento de la materia de Introducción al Hebreo por nuestro Licenciado Pablo Chávez, que agradezco la preparación que compartió con nosotros, me limitare a estudiarlo a la luz de los salmos, porque es unos de los libros que expresa abundantemente esta palabra, citare algunos textos para ver su significado en dicho libro.
Este tema es muy controversial, porque habitualmente hemos visto el alma como el principio espiritual que da vida al cuerpo y forma con él un ser humano, y muchos han expresado que es inmortal por ser espiritual. Los seres materiales pueden aplastarse, pudrirse, dividirse en partes. En cambio, nada de esto afecta a los seres espirituales.
Pero desde una perspectiva hebrea, es éste uno de los conceptos principales de la antropología bíblica: nephesh, traducido habitualmente por alma. La traducción griega de los Setenta lo interpretó en este sentido en cerca de 600 casos (traduciéndolo por la palabra psyché). Entonces aquí vemos una grande tentación en interpretar la palabra alma en sentido filosófico griego. Se comprende entonces el alma como una realidad distinta del cuerpo, incluso opuesta a todo lo que es corporal: el alma es inmortal, sutil e invisible, mientras que el cuerpo es mortal, concreto y visible. Pues bien, esta forma de ver las cosas es totalmente extraña a los salmistas y a los autores bíblicos. Su visión del ser humano es unitaria y no dicotómica o dualista. El ser humano es todo el cuerpo y alma.
La nephesh es todo lo contrario de una sustancia inmaterial y sutil. En efecto, el alma designa concretamente una parte física del ser humano: la garganta, el cuello: “(El Señor) calmó el ansia de los sedientos (literalmente, su garganta) y a los hambrientos los colmó de bienes (literalmente, llenó su garganta)” (Sal. 107:9). La nephesh es por tanto el lugar privilegiado de las sensaciones, como el hambre, la sed y el gusto.
De ahí se pasa naturalmente al terreno de la insatisfacción y del deseo. La nephesh representa así al ser humano en situación de carencia y de necesidad. Cuando se habla de alma, se quiere decir el ser humano en cuanto que es ser de deseos. El paso de la nephesh al simbolismo de la sed de Dios se lleva a cabo espontáneamente: “Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío” (Sal. 42:2), en este texto como ya lo habíamos comentado acerca del alma es garganta, el poeta expresa la sed, su agua, su vida tal es el arranque del salmo.
También puede encontrarse el sentido más específico de la palabra alma, como lugar y sede de las impresiones psíquicas. El alma es realmente para el salmista el lugar de las emociones, como la duda, la pena y el gozo: “Tengo el
alma en delirio, y tú, Señor, ¿hasta cuándo? Vuélvete, Señor, liberta mi alma” (Sal. 6:4-5); “y yo (mi alma) me alegraré con el Señor” (Sal35:9); “¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué te me turbas?”(Sal. 42:6.12).
Pero tampoco entonces el alma es una parte del sujeto humano, sino más bien el conjunto del hombre en cuanto ser de deseos. Por esta razón, las traducciones usan muchas veces un pronombre personal en vez de la palabra alma: “Me pagaban (a mi alma) mal por bien” (Salmo 35:12).
Y concluyo aportando que el alma es el ser de deseos, ahí están la insatisfacción, aspiraciones, ansias, afanes, anhelos, antojos, pasión, ambición, intereses, etc.
Entonces definitivamente a la clarividencia que nos da el hebreo podemos determinar que el alma es el “Hombre Necesitado".
Emmanuel Galán

0 comentarios:

Publicar un comentario

Viejo, mi querido viejo

Consejeria Juvenil