UNA REFLEXION SOLO PARA JOVENES Y SEÑORITAS
En esta ocasión quiero compartir algo que está en mi corazón y que aún me duele el solo pensarlo. Sin embargo creo que podrá ayudar a algunos jóvenes y señoritas que han perdido la comunicación con sus padres, o que simplemente tienen a su papá o mamá pero es como que no estuviera.
Cuando era niño creía que mi papá era un superhéroe o algo así. Admiraba su fuerza, su pensamiento, siempre estaba allí para ayudarme en lo que fuera, me defendía y si alguien me molestaba yo sabía que mi papá iría en mi rescate. Definitivamente mi papá era mi superhéroe.
Años después cuando crecí, en la plena etapa de la adolescencia las cosas empezaron a cambiar, la idea que mi papá era un superhéroe se iba borrando; ¿Por qué? Bueno porque yo creía como todo buen adolescente que ya lo sabía todo, que no necesitaba consejos del viejo, pues eran anticuados. Cuando cumplí 17 años fue peor, pues realmente yo creía que sus consejos eran ya pasados de moda, que era un aguafiestas.
Luego llegué a los 21 y empecé a ver que algunas de las cosas quizás tenía razón, a lo mejor el viejo sabía algo y aunque me molestaba con sus consejos y a veces amonestaciones, en el fondo algo me decía que era verdad, que el viejo tenía razón…El tiempo pasó rápido y cada vez más empezaba a creer que hasta era sabio…ahhh Cuando cumplí 30 años empecé a ver que realmente aunque mi papá no era un superhéroe era sabio, sus palabras comenzaron a calar en mi vida, comenzaron a tomar sentido, aún sus regaños me parecían los correctos y que él lo hacía por mi bien. Entonces decidí empezar a oír su sabiduría a poner en práctica lo que él decía y me propuse lo siguiente: de ahora en adelante lo voy a escuchar, respetar y aprender de él…un año después un 19 de agosto el falleció…no me pude despedir de él, no le pude decir lo mucho que lo admiraba, no le pude decir lo mucho que lo amaba… Viejo mi querido viejo, ahora ya caminas lejos...ya pasaron 5 años desde que mi papá fue llamado por Dios, me dijeron que con el tiempo iba a pasar la tristeza en mi corazón, pero no es así, aún lo extraño, aún extraño sus regaños, sus castigos, sus consejos, sus chistes, su protección, su cuidado...pero ya no está.
Un consejo para los jóvenes y señoritas: Hijo mío, escucha las correcciones de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Proverbios 1:8 Oye las correcciones de tu padre aunque parezcan cosas de viejos anticuados, porque después te harán falta.