Muchas veces los cristianos evangélicos somos bien románticos en nuestra forma de pensar y somos bien impulsivos motivados por la emoción a proferir palabras o expresar ideas muy buenas, pero sin pensarlas muy bien…
Hace un par de años atrás estaba en un concierto donde un grupo de jóvenes con buena intención sacó un drama sobre la oración. Se trababa de un cristiano que derrotaba al diablo y sus secuaces en oración…todo el mundo en el estadio gritaba, alzaba la voz y expresaba su total acuerdo a ese drama, especialmente cuando se oyó que la oración había derrotado el mal, todos gritaron eufóricamente…pero me puse a pensar (cuando pienso me meto en problemas graves) que ¿cuantos de los que gritaban eufóricamente realmente oraban aunque fuera 5 minutos?
Lo mismo me pasa al escuchar expresiones como: “Vamos a ganar a El Salvador para Cristo” o “Tenemos que salvar al mundo” o “Heme aquí, Yo iré” o “Alcancemos a la juventud para Cristo” entre otras expresiones…
No digo que estén malas, ni que no haya una buena intención en estos slogans, sin embargo…
¿Cuántos de los que queremos salvar al mundo, juventud, nuestro país, hemos alcanzado a los de casa? ¿Cuántos de nuestros vecinos han sido alcanzados por el evangelio? ¿Cuántos de nuestros familiares, padre, madre, hermanos, hermanas, hijos e hijas han creído al evangelio? ¿Cuántos de nuestros compañeros de clases o de trabajo conocen las buenas noticias por medio de nosotros y nuestro testimonio?
Lo mismo me pasa al escuchar expresiones como: “Vamos a ganar a El Salvador para Cristo” o “Tenemos que salvar al mundo” o “Heme aquí, Yo iré” o “Alcancemos a la juventud para Cristo” entre otras expresiones…
No digo que estén malas, ni que no haya una buena intención en estos slogans, sin embargo…
¿Cuántos de los que queremos salvar al mundo, juventud, nuestro país, hemos alcanzado a los de casa? ¿Cuántos de nuestros vecinos han sido alcanzados por el evangelio? ¿Cuántos de nuestros familiares, padre, madre, hermanos, hermanas, hijos e hijas han creído al evangelio? ¿Cuántos de nuestros compañeros de clases o de trabajo conocen las buenas noticias por medio de nosotros y nuestro testimonio?
No podemos decir, “Heme Aquí, envíame a mi” si no estamos dispuestos a comenzar por casa, pues una de las cosas que he aprendido en el campo de las misiones es: no vas a hacer algo afuera en el campo misionero, que no hayas hecho en casa o en tu iglesia.
Cuando Dios me permitió ir al país de Albania a servir hice 2 cosas: enseñar música y enseñar a los jóvenes, cosas que estaba haciendo en la iglesia.
Cuando Dios me permitió ir al país de Albania a servir hice 2 cosas: enseñar música y enseñar a los jóvenes, cosas que estaba haciendo en la iglesia.
Por otro lado conozco personas cristianas que quieren evangelizar y ganar para Cristo a todo el mundo, pero sus hijos e hijas están perdidos, es mas no quieren saber nada del evangelio por el testimonio de sus padres, madres o hermanos ¿No te parece una contradicción esto?
Esto me pasó a mi en el año 2000 pues íbamos a ir a un viaje misionero a Tapachula, México y estábamos preparando todo dramas, folletos evangelísticos, películas y Dios habló profundamente a mi corazón y aún recuerdo sus palabras, me dijo así: Erick ¿Vas a ir a compartir de mi lejos de casa y tu papá aún no ha escuchado de tu boca mi mensaje? Antes de ir a México háblale de mí a tu papá, eso me hizo reflexionar y le compartí el mensaje a mi papá.
Esto me pasó a mi en el año 2000 pues íbamos a ir a un viaje misionero a Tapachula, México y estábamos preparando todo dramas, folletos evangelísticos, películas y Dios habló profundamente a mi corazón y aún recuerdo sus palabras, me dijo así: Erick ¿Vas a ir a compartir de mi lejos de casa y tu papá aún no ha escuchado de tu boca mi mensaje? Antes de ir a México háblale de mí a tu papá, eso me hizo reflexionar y le compartí el mensaje a mi papá.
Si tienes intenciones de ganar El Salvador para Cristo, ganar a la juventud, salvar al mundo, ir de misionero, te animo que lo hagas, pero no olvides comenzar por tu casa, pues lo que no has hecho aquí, no lo podrás hacer mas lejos.
Bendiciones