Los ojos de Jehová están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.
Proverbios 15:3
Es muy común hoy en día, escuchar entre los evangélicos una frase tradicional que reza así: Hay que comportarse bien y no hacer nada malo en la casa de Dios (templo); porque allí está la presencia de Dios.
Los cristianos evangélicos aseguramos y que Dios es omnipresente, es decir, que Él está en todo lugar, así como lo cita Proverbios 15:3. Sin embargo en la práctica parece que solo es un concepto que hemos adquirido pero como muchas otras cosas de las escrituras no las vivimos.
Platicando con varios cristianos me expresan que a veces les da pena llegar a la iglesia porque andan mal en su vida cristiana, es decir, (andan deliberadamente pecando) y que les da vergüenza entrar al templo porque allí está Dios y los va a ver mal o como hipócritas.
Obviamente hay dos cosas implícitas allí:
1° Cuando pecamos tomamos la misma actitud de Adán y Eva en Génesis 3: 8-10, es decir, esconderse.
2° La presencia de Dios está en todo lugar y nos mira donde quiera que andamos, oye lo que hablamos, mira lo que miramos entre otras cosas.
Jeremías 23:23-24 dice: ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno nocen yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
Lamentablemente creo que ha sido un error enseñar a nuestra gente a “tener un temor de Dios” o “comportarse correctamente” en el templo porque allí está la santa presencia de Dios. Les hemos enseñado a temer la presencia del pastor, del líder, del diacono, de los ancianos o ujieres en fin de todos, menos el verdadero temor a Dios.
He allí el porque dentro de nuestras iglesias nos comportamos o hablamos de esta u otra manera “casi santa”, pero fuera de las cuatros paredes de la iglesia nuestra vida cambia, he allí el porque muchas veces algunas personas viven una doble vida, la vida de iglesia o cristiana y la vida secular como tradicionalmente se dice; digo tradicionalmente porque en realidad los cristianos no debemos tener dos vidas, o tres o más…pues solo tenemos una la cual siempre es espiritual.
Si los cristianos estuviéramos convencidos y consientes de la presencia de Dios, o sea, sus ojos están en todo lugar observando a buenos y malos, creo sin temor a equivocarme, que nuestras vidas cambiarían, no jugaríamos con el pecado, nuestras palabras fueran de edificación en todo momento, el reflejo de Jesús sería notorio a todos los que están alrededor y eso provocaría que muchos que aún no conocen al Señor, quisieran conocerle a Él porque anhelarían una vida diferente, una vida que desafiara los valores erróneos de este mundo, una vida genuina, sincera que Glorificaría a Dios.
La pregunta sigue siendo la misma hoy en día: ¿Estamos consientes de la presencia de Dios?
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