El día de hoy mientras iba a clases del Diplomado de Orígenes del Cristianismo que estoy cursando, encendí la radio para escuchar las emisoras que transmiten mensajes cristianos y música con contenido cristiano para acompañar mi camino.
Puse una emisora y escuche una predica de uno de estos pastores que usan palabras como: Decreto, Declaro, Invoco, Arrebato entre otras palabras de moda en los círculos eclesiásticos de hoy en día, y me dio la curiosidad de escuchar su “enseñanza”.
Pero al escuchar su “enseñanza o predica” empecé a oír una “exposición de la palabra” con mensaje Platónico y Aristotélico (donde el cuerpo es la prisión del alma), Gnóstico (donde debemos de desprender el pensamiento y el alma del cuerpo y flotar en otra dimensión) y extremadamente positivista y humanista (con el famoso tema de la Exitología) , con versículos forzados para encajar su mensaje temático. Realmente me dio lastima escuchar a los hermanitos y hermanitas de esa congregación emocionados por la enseñanza de dicho “maestro de las escrituras” y eso me hizo reflexionar en los siguiente.
En algunos círculos denominacionales evangélicos, esta la famosa idea que el estudio académico mata el espíritu, que uno se vuelve hereje por su pensamiento diferente a la tradición, doctrina o denominación de su congregación y por supuesto satanizar que ya uno no cree y ha perdido la fe; por esa razón, prohíben el estudio académico de la palabra.
En su disertación “expositiva de las escrituras” el hermanito concluyo diciendo que si no le entendían era porque su nivel de comprensión y espiritual es mas alto que el de todos los de su congregación, pues solo a pocos se les revela estas cosas.
Que arrogancia y pretenciosa dichas palabras, pues aunque el conocimiento es bueno, también envanece, sin embargo, se nota que como dice un maestro de nosotros: la ignorancia es arrogante.
Donde yo trabajaba nos obligaron a ir a es a misma iglesia a un “seminario de la prosperidad” donde se dijo muchas cosas infladas como que Pablo era multimillonario, y que si uno andaba un carro Toyota o Nissan uno andaba mal espiritualmente y era estúpido, y la gente gritaba eufóricamente diciendo amén…¡bendita ignorancia!
No estoy en contra del estudio académico, pues, yo estoy estudiando la licenciatura en teología y un diplomado en la Universidad Evangélica de El Salvador, la cual los indoctos e ignorantes fundamentalistas la critican por sus enseñanzas sin haber estado en las aulas, ni tomando algunas clases para formular dicho criterio, o sin haber estudiado las diferentes posturas teológicas y al estudiarlas sacar sus propias conclusiones, pero una cosa es cierto, el conocimiento académico puede envanecer, pero también es una herramienta para no decir tonterías y cuentos de viejas en los púlpitos. Bien dicen por allí los Católicos estudiados: que los protestantes y evangélicos son ignorantes en las escrituras. Si bien es cierto que hay un grande grupo de protestantes y evangélicos somos ignorantes de las escrituras, aunque defendemos a capa y espada la biblia sin leerla ni estudiarlas, también hay un grupo de creyentes que se han aburrido de las huecas disertaciones en los púlpitos y hemos despertado al estudio serio (como siempre debe ser) de la palabra de Dios, pero ese conocimiento debe ser canalizado para dar enseñanzas actualizadas y prácticas que no solo llegue al intelecto sino nos lleve a la acción que el Jesús Resucitado nos enseño y de paso es una herramienta para el estudioso de las escrituras.
Les animo a estudiar seriamente las escrituras para no decir lo que el texto y el escritor nunca quisieron decir y así apartarnos de la ignorancia y haraganería que sufre la iglesia el día de hoy.
Como dijo: Lucio Anneo Séneca
¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor.
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