El pasado sábado tuve el privilegio de compartir las buenas noticias de salvación en los alrededores del parque centenario.
Allí se encuentra un ministerio de nuestra iglesia llamado “Rescatados para Cristo”; son personas que por vicios, malas decisiones, lo han perdido todo. Allí puedes encontrar alcohólicos, drogadictos, vagabundos, trabajadoras del sexo, indigentes, etc. En español lo que la sociedad no quiere pero Dios sí.
Fue una experiencia volver a ver lo que hace años comenzamos y que ahora se ha mantenido en ese lugar, pero lo mejor de todo fue ver no solo el hambre que tenían las personas, sino ver el hambre espiritual en ellos, de todas las edades, niños, jóvenes, adultos, señoras, ancianos escuchando la palabra de Dios.
Era impactante ver a familias enteras esperando comer, pero sus ojos escuchando un mensaje de esperanza y amor…niños y niñas orando, hombres y mujeres derramando lagrimas…escuchar los cantos del ayer con los que crecí como: Alabaré y Demos Gracias al Señor…pero lo mejor de todo es que con toda seguridad te puedo decir que vi a Jesús en ese lugar paseándose en medio de ellos, consolando pero a la vez sonriendo.
Que bonito y edificante fue para mí predicar en ese lugar donde no hay plataformas, ni luces, ni dinero, ni aplausos, un lugar donde no hay gente que cree saber todo y cuestiona el mensaje salvífico de la cruz, un lugar donde no hay gente criticando tu mensaje, donde no hay teólogos diciéndote que en el griego dice, un lugar donde no hay exégesis, ni hermenéutica, ni homilética, un lugar donde Dios habla a través de su Espíritu, un lugar donde no te van a recompensar…que libertad sentí en ese lugar y poder ver el poder de Dios que transforma las vidas de aquellos que le creen, ver a personas dándose por vencidas y rogando a Dios un milagro, orando y clamando que Dios entrara en sus vidas y les diera una nueva oportunidad…allí es donde Jesús nos vuelve a recordar que él busca y salva a aquellos que están perdidos.
Luego fue bueno servirle a estas personas comida, estar en medio de ellos, sentir su olor, estrechar su mano, regalarles una sonrisa, abrazar a otros y orar por Manolo un hombre de unos 36 años que llegó llorando y pidiendo que oráramos por él pues había sido cristiano pero el alcohol le había destrozado la vida…orar por él, hincarnos, poner nuestras manos sobre él y luego abrazarlo…wow!!! que tiempo el que tuvimos allí…te invito a servir en este tipo de lugares donde no hay tarimas, fama, luces, dinero, ni aplausos...donde sirves a aquellos que no te recompensarán pero que si podrás a ver a Jesús en medio de ellos…
"Y los buenos me preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿Cuándo tuviste sed y te dimos de beber? ¿Alguna vez tuviste que salir de tu país y te recibimos en nuestra casa, o te vimos sin ropa y te dimos qué ponerte? No recordamos que estuvieras enfermo o en la cárcel, y que te hayamos visitado".
"Yo, el Rey, les diré: "Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si me lo hubieran hecho a mí". Mateo 25: 37-40 (TLA)
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Hace 7 años
2 comentarios:
Hoy día muchas de nuestras iglesias se han vuelto clasistas. Esto quizá se deba al hecho que existe un espíritu de desconfianza en la vida de muchos causada por daños de hechos delincuenciales. El peligro es que el ser desconfiando se convierta en nuestro modelo de vida y lleguemos al extremo de ni siquiera saludar, conversar o muchos menos asistir personas por su apariencia. Pienso en los que recogen basura a diario en las colonias y barrios, no hay mucha gente que se les acerque y sin embargo son personas que acarrean dolor en su interior necesitado de la esperanza que nosotros los que creemos ya tenemos. Espero que reflexionemos y podarmos ver a las personas como las ve JESUS, no como lo que parecen ser sino como lo que pueden llegar a ser para Su gloria una vez que se transformen por la verdad del mensaje de la gracia derramada en la cruz.
Totalmente de acuerdo...bendiciones
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